Desde siempre los humanos han usado plantas para calmar sus dolores. Ha llevado miles de años de estudios para que se descubriera que algunas plantas son benéficas y otras venenosas y al fin hoy poder disfrutar de la medicina herbal.
En papiros egipcios de hace 2000 años se registra el uso de perfumes de aceites finos y resinas para embalsamamiento. En Grecia, en los siglos V y IV A.C, Hipócrates, padre de la medicina, ya recomendaba el espárrago y el ajo por sus propiedades diuréticas y las hojas de sauce para aliviar el dolor y la fiebre.
Por largo tiempo el uso de plantas se basó sólo en una colección de creencias fantasiosas. En la Edad Media, la herbolaria consistió en una mezcla de supersticiones, magia y observación empírica.
Del Renacimiento en adelante, las plantas fueron recolectadas minuciosamente y se usaron para hacer infusiones, cocimientos y ungüentos. Estas plantas constituyen la mayor parte de las curas tradicionales que hemos heredado.
A partir de los años 30 del siglo pasado, los avances de la química han hecho mucho más fácil reproducir los ingredientes activos de las plantas. Sin embargo, las plantas seguirán siendo parte importante por derecho propio.
Sus constituyentes activos pueden modificarse para mejorar su eficiencia o reducir efectos secundarios indeseados, pero siguen siendo el fundamento de los fármacos vitales para tratamientos de trastornos como cánceres y enfermedades del corazón. Siguen siendo la esencia de la medicina herbaria, área cada vez más explorada.
Para aprovechar la gran diversidad y el enorme potencial terapéutico de las plantas, aún queda por hacer mucho trabajo de recolección e investigación. Por todo el mundo los expertos investigan nuevas especies vegetales.
Identificadas las muestras y recolectadas en cantidad suficiente, los químicos hacen extractos de la planta para aislar los componentes químicos puros. Se someten a prueba, primero para ver si son tóxicos, luego para determinar sus efectos biológicos. El proceso es muy riguroso y si los resultados son positivos, comienza el trabajo real de preparar los medicamentos, dando a las sustancias activas la forma adecuada para poder ingerirlas, ya sea como cápsulas, tabletas o soluciones líquidas.
En los últimos años, las plantas han desempeñado un papel decisivo en algunos de los más asombrosos descubrimientos en todos los campos de la medicina. El progreso exige tiempo, persistencia e inversión, pero en la actualidad se reconoce que las plantas son la gran promesa para la salud futura de la humanidad.
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